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Tiempo y Clima, del concepto a la aplicación práctica en la región de Magallanes

por Fundación Cequa

Mg. Katherine Gaete Beltrán, investigadora Centro Regional Fundación CEQUA


El estudio de las ciencias de la atmósfera se divide en dos grandes áreas: la
meteorología y la climatología. La meteorología estudia el estado de la
atmósfera en un instante y lugar determinado, es decir a corto plazo. Ésta área
busca describir las condiciones meteorológicas y su evolución en un lugar y
tiempo en específico, lo que se conoce como el tiempo atmosférico. En mi
opinión, para que el pronóstico del tiempo sea confiable, es recomendable
observar un máximo de 3 días, sin embargo, y gracias al avance de la
tecnología, algunos meteorológos apuestan por pronosticar hasta 7 días. Por
otra parte, cuando se estudian y analizan en conjunto los registros
meteorológicos, es posible comprender el clima de un lugar y su variabilidad.
Entonces la climatología se encarga de describir el comportamiento de la
atmósfera a largo plazo y para estudiarlo se utilizan los promedios de tiempo
atmosférico considerando registros de varios años. La Organización
Meteorológica Mundial (OMM), recomienda un periodo de 30 años para
estudiar el clima, con actualizaciones cada 10 años para generar un mejor
análisis de las fluctuaciones climáticas de un lugar.
Frecuentemente usamos los conceptos tiempo y clima como sinónimo, pero
ahora sabemos que no significan lo mismo. Analizar el tiempo atmosférico nos
permite conocer las condiciones atmosféricas actuales y también describir el
comportamiento climático pasado y futuro.
¿Cómo se estudia el tiempo atmosférico? Esto se realiza principalmente
mediante sensores meteorológicos. Los sensores meteorológicos son
dispositivos diseñados para recibir información de una magnitud meteorológica.
Cuando se agrupa un conjunto de sensores se conforma una estación
meteorológica. Los parámetros más frecuentes de medir en una estación son:
la temperatura y la humedad relativa, la precipitación, la dirección y velocidad
del viento, la presión y la radiación solar.  
Para el territorio que comprende la región de Magallanes y de la Antártica
Chilena,  existen instituciones, organismos y proyectos, que se encargan de
recolectar y mantener bases de datos obtenidos mediante estaciones
meteorológicas propias. Contar con una red de estaciones meteorológicas es
una excelente herramienta para verificar las condiciones del tiempo, para
estudiar el clima pasado y también para hacer proyecciones atmosféricas. Para
que estos estudios sean coherentes y representativos, es necesario que las
estaciones meteorológicas tengan una adecuada instalación y mantenimiento.
Creo que es importante que existan protocolos de registro, control y
almacenamiento, con la finalidad de facilitar la obtención de los datos
meteorológicos y propiciar la colaboración. Los registros de datos deben ser
compatibles, tanto en su escala temporal como también en la calidad de la
información, lo que depende del tipo de estación meteorológica y la ubicación
de ésta, donde es relevante considerar factores tales como la altura, la
incidencia del viento y la cercanía a la costa. Así mismo es fundamental la
calidad del registro del dato bruto y su posterior control de calidad.

Las estaciones meteorológicas, y por ende, los sensores meteorológicos,
contribuyen a los estudios y análisis del tiempo atmosférico. Los sensores
ofrecen información local que ayuda a la toma de decisiones, esto a través de
los pronósticos diarios del tiempo y de las predicciones del clima. Contar con
datos del tiempo nos permite planificar, organizar e incluso reducir riesgos a
corto, mediano y largo plazo.

El laboratorio de Oceanografía y Climatología, en formación, del Centro
Regional Fundación CEQUA, tiene programada la instalación de nuevas
estaciones meteorológicas propias para el monitoreo de las condiciones
atmosféricas, las que se sumarán a las ya disponibles por instituciones como la
Universidad de Magallanes, la Armada de Chile, la Dirección Meteorológica de
Chile, la Dirección General de Aguas y del Instituto de Investigaciones
Agropecuarias. En nuestro caso, los registros serán útiles para la investigación
científica y para las actividades acuáticas productivas (pesca, acuicultura y
turismo) considerando la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas
acuáticos. Esta red de estaciones metereológicas regionales, en conjunto,
contribuirá directamente al estudio de las condiciones climáticas

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