Claudio Moraga Bustamante. Investigador Fundación CEQUA
Hacer ciencia en contexto territorial requiere alimentar lo que defino como dos «hambres» de conocimiento: la de la sociedad que requiere ese conocimiento. y la de los investigadores que requiere recoger las inquietudes y necesidades de conocimiento del territorio y su gente. Las actividades de difusión científica de CEQUA a establecimientos educacionales se enmarcan en este contexto, con casi una década de resultados, respondiendo a la misión, dedicación, el compromiso y propósito de Centro de investigación científica regional CEQUA. Asi para este año se han planificado actividades y charlas científicas a diferentes colegios y escuelas de Punta Arenas a realizar por los investigadores del Centro.
Particularmente, hace unos días era el turno (mi turno) de hablar de pingüinos, por lo que tuve que preparar una charla para los chicos de Rio Seco. Mis colegas Katherine Gaete y Jorge Acevedo me indicaban que hablara del pingüino de Magallanes por dos razones, es una de las especies clave del proyecto Microbioma, la investigación principal que estamos desarrollando, pero también es la especie bandera de Isla Contramaestre, donde CEQUA ha desplegado investigación y monitoreo interrumpido solo por la pandemia (y uno que otro bache en el camino). Adicionalmente el pingüino de Magallanes es una de las especies más abundantes de pingüinos en la Región. Ya varios colegas hemos publicado referencias sobre pingüinos en columnas previas. Pero ¿qué tanto sabían estos chicos de 5to y 6to básico sobre los pingüinos en general, sus maravillosas adaptaciones y su presencia en la Región?
Me encanta la indagación dirigida, así que en la primera parte de la charla les pregunté a los niños ¿Qué saben de los pingüinos? Y en un pequeño caos brotaron y explota ron ideas y brazos al aire: ¡No vuelan! i Son aves! ¡Una vez vi uno en la costanera y llamamos al veterinario! (¡Sólo viven en la Antártica!) ¡Una vez fui a la pingüinera! -Fue genial. Ya cuando se calmó el caos, empezamos a desenredar y confrontar todo el conocimiento que habían expuesto: ¿Cómo es posible que sólo vivan en la Antártica si un compañero vio uno en la costanera de Punta Arenas y otro fue a la pingüinera de isla Magdalena? Vivimos en una región de pingüinos y no todos los pingüinos viven en la Antártica, un conocimiento que nace de su propia experiencia de forma similar a como hacemos ciencia. Se tomaron breves segundos en procesar esa novedad y seguimos. Luego conversamos sobre las capacidades de los pingüinos, de las alas como aletas, sus presas, su reproducción formando parejas y su vida en colonias. Pero no son todos iguales, hay unos más grandes, otros más chicos, unos más coloreados y así.
Entonces ¿Cuántos tipos de pingüinos hay? Hasta ahora son 18 especies. Una forma de enseñar esta diversidad gradual y sencilla es por grupos, identificando características que permitan generalizar y luego nos dan paso a las especies. Por ejemplo, están los pingüinos grandes como el pingüino Rey y Emperador, los crestados, con plumas amarillas en la cabeza, como el Penacho Amarillo y Macarroni. El grupo de pingüinos que más se observa en Chile es de los pingüinos con bandas, el pingüino de Humboldt en el norte y el pingüino de Magallanes en el sur austral. Es posible que en la televisión veamos otras especies, pero ya sabemos cómo ordenarlos en grupos de pingüinos.
Los pingüinos sólo habitan el hemisferio sur, así como los osos marinos solo habitan el Océano Ártico. Se hace importante clarificar esto ya que le da un valor a nuestro territorio y pone en valor nuestra biodiversidad austral. Entonces ¿.sería posible ver un pingüino junto con un oso polar en la naturaleza? Naturalmente, no. Aunque muchas veces veamos documentales en televisión que muestran la diversidad de especies en los polos, mezclando imágenes de la Antártica y el Ártico (o la antártica de arriba como me dijo un niño).
Pudimos identificar brechas simples de información sobre los pingüinos poniendo en práctica un intercambio de conocimiento. Esta última es una teoría de falta de información mutua y de aprendizaje social. Nosotros aprendemos de ustedes y ustedes de nosotros. Comprender la difusión científica en este contexto contribuye al conocimiento en, con y de la sociedad. Y ante una forma de hacer ciencia en nuestro país, que se promueve como centro del desarrollo de la sociedad, y que deja en el púlpito a los científicos con la capacidad de indagación, aparentemente es un acto de rebeldía alimentar las «hambres» de conocimiento.